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Sadam Huseín Abdulmayid al Tikriti (en árabe, صدام حسين عبد المجيد التكريتي; Tikrit, 28 de abril de 1937-Bagdad, 30 de diciembre de 2003) fue un político y dictador iraquí, que ejerció el cargo de presidente de su país entre 1979 y 2003.[1] Miembro destacado del revolucionario Partido Baaz Árabe Socialista y, luego, de la facción iraquí del partido y de su organización regional, Sadam tuvo un papel clave en el golpe de 1968 (luego denominado «Revolución del 17 de julio»), que llevó a la rama iraquí del partido al poder en el país.
Como vicepresidente del general Ahmed Hasan al-Bakr, y en un momento en el cual muchos grupos eran considerados capaces de derrocar al gobierno, Sadam creó fuerzas de seguridad a través de las cuales controló de forma férrea los conflictos entre el gobierno y las fuerzas armadas. A comienzos de la década de 1970, Sadam nacionalizó el petróleo y los bancos extranjeros. A lo largo de la misma década, cementó su autoridad sobre el aparato del Gobierno, mientras el dinero del petróleo ayudaba a la economía de Irak a crecer a un ritmo veloz. Las posiciones de poder en el país fueron cubiertas en gran parte con árabes suníes, una minoría que constituía solo un quinto de la población.[2]
Sadam subió al poder formalmente en 1979, aunque ya había sido el líder de Irak de facto durante varios años. Se alejó de las posiciones prosoviéticas de sus predecesores, efectuando un acercamiento a los Estados Unidos para formar un «eje árabe moderado» con Jordania y el Egipto del régimen de Hosni Mubarak. Reprimió varios movimientos, particularmente chiitas y kurdos, los cuales buscaban derrocar al gobierno u obtener la independencia,[3] y mantuvo el poder durante la Guerra Irán-Irak (1980-1988) y la Guerra del Golfo (1990-1991). Se hizo popular entre los desafectos del mundo árabe a raíz del lanzamiento iraquí en 1991 de misiles scud contra el Estado de Israel.[4] A lo largo de más de dos décadas de dictadura, el número de víctimas atribuidas al régimen de Saddam puede ser de hasta un cuarto de millón o más..[5] El régimen quedó insolvente, principalmente debido a la guerra Irán-Irak, la guerra del Golfo y las sanciones de la ONU.
Promotor de una interpretación baazista de la religión subordinada al nacionalismo, indujo a partir de 1993 con la llamada «Campaña de fe» un incremento de la retórica religiosa en Irak, reintroduciendo a partir de entonces al Islam en las declaraciones públicas y símbolos del régimen, a pesar de mostrarse no obstante a lo largo de toda su presidencia en contra de cualquier forma de islamismo político.[6]
En marzo de 2003, una coalición liderada por los Estados Unidos invadió Irak bajo el pretexto de la pretendida posesión por parte de Irak de armas de destrucción masiva y de mantener vínculos con Al-Qaeda.[7] Rápidamente se produjo el derrocamiento del régimen, pero las armas nunca aparecieron y se dio pie a una nueva fase de conflicto, mantenido entre las fuerzas de ocupación y la insurgencia iraquí. Sadam fue capturado el 13 de diciembre de 2003 por las fuerzas estadounidenses en la llamada Operación Amanecer Rojo. Enjuiciado por una tribunal iraquí por crímenes contra la humanidad relacionados con el asesinato de 148 chiitas iraquíes en 1982, fue sentenciado a muerte en noviembre de 2006 y ahorcado el 30 de diciembre de 2006.[8]